domingo, septiembre 18

“Go Away”

Llegó la hora de uno de mis momentos favoritos en la vida, sí, aún más que comer chocolate: llegó la hora de escribir.


La noche de anoche, debo confesar, fue difícil de superar. Miramos una película, me atreví a ir más allá de lo cotidiano, no perdía nada con intentarlo, de todas maneras no sería la primera –ni última- vez. Apoyé mi cabeza en su hombro y no hubo signos de rechazo, llegó una parte fuerte, me protegí en él, me lancé y le besé el cuello como vampiro a la más dulce piel. Si algo me caracteriza es que soy impulsiva y que no pienso, me dedico a sentir. Pero lamentablemente no todas las personas son así, ni lo perciben de buena manera. Me dijo que lo incomodaba, pero sus sutiles palabras fueron misiles para mí. Es que cuando siento lo hago con todo, y no me detengo, porque me encanta hacerlo, lo malo es cuando las sensaciones no son de las mejores. No me disculpé, solo me detuve y procuré no volver a hacerlo, la película siguió como si nada, pero creo haberme perdido unos minutos, porque la sensación de mis labios en contacto con su piel me había dejado hipnotizada en mi interior. Amo besar, lo disfruto en cada segundo, y admito que por dentro mío, el beso fue menos inocente de lo que aparentaba.


Nos acostamos en la cama, en la misma cama y en la misma pieza en la que un mediodía nuestros cuerpos se fundieron, en la misma donde nos rendimos a las ganas, lo fugaz, a nuestras manos, a la piel, a nuestros labios. Ese mediodía nos miramos, y no lo evitamos; sabíamos lo que hacíamos, sin embargo lo disfrutamos, sin pensar, solo sentir, nos entregamos.


Nos acostamos en la cama, en la que ahora encontraba su alma fría, en la que él me daba la espalda y yo lo único que hacía era apreciar sus curvas y toda su anatomía, hermosa tierra era su geografía y yo que sigo muriendo por recorrerla una vez más, por navegar y redescubrir cada centímetro de su piel. Pero él llevaba armadura esta vez.


2ne1-go-away_designTenía tatuado el letrero “go away”, poseía una negación completa a lo que conmigo tuviera que ver. Yo fingiendo ser fuerte, me la tenía que bancar, “el que quiere celeste que le cueste”, pero ya demasiado había esperado, quería todo, y lo quería ya. 59 días desde la primera vez y 24 desde el segundo round; algunos dirían “algo es algo”, y sé que a comparación de nada, todo fue “demasiado”, pero no le puedo hacer entender eso a mi cuerpo, es una sed insaciable, y a veces siento que me desconozco. Nunca me importó el sexo pero esta vez era en lo único que pensaba, y pienso, y quiero. Pero lo quiero de ÉL, quiero SU sexo, SU cuerpo, quiero sentir SU respiración y sus gemidos, lo quiero otra vez mío.


Intenté acercarme, al menos para tener un mínimo contacto y poder disparar mi mente hasta dimensiones inimáginadas, sólo por el simple hecho de sentir su piel. Pero él nada quería saber. Eso me estaba matando porque sé que él no era así, no era la gran cosa dormir abrazados, si somos amigos, no pasa nada… Pero esta vez, al parecer, SÍ pasa algo. Es raro, yo por mucho que sienta, sé controlarme cuando debo, pero a él parecería afectarle inconscientemente el mínimo contacto… No quiero entrar en suposiciones… .


Logré poder masajearle la panza, no se estaba sintiendo bien y traté de que mejore, primero por encima de la remera, luego por debajo…. Y otra vez por encima. Y eso fue todo, vuelta y a dormir. Yo lo miraba y debo confesar que se me escaparon 724236_2011715154920509x721_970varias lágrimas, lo sé, no parece muy coherente que digamos pero para mí significaba mucho. En ese momento me empecé a dar cuenta de que tal vez las cosas no iban a ser siempre tan perfectas como alguna vez las imaginé… ¿Por qué mierda no habíamos aprovechado esa noche? Sé que no estábamos solos pero la oportunidad estaba enfrente de nuestras narices…. Y por toda la habitación.


Juro que escribo y no me puedo sacar su voz de la cabeza en ese día, hace 59 días. U.U Dios! Pero bueno escribir y llorar es una catarsis para mi, me va a ayudar a superar todo, mientras tanto, tengo esta necesidad humana de sacar todo de mi interior.


Al fin me dormí y descansé…


Escuché el despertador, había estado sonando durante unos minutos… Mis sueños me habían transportado a otro lugar y pensé que estaba en casa, pero desperté, abrí los ojos y ahí tenía lo que algún día había sido mío, otra vez… Fuerte es despertar con la imagen de lo que más se anhela, justo enfrente tuyo, sin poder hacer nada. Sin embargo eso no impidió que lo intente de nuevo.


Al parecer el también estaba durmiendo pero era consciente de lo que pasaba por lo que despacio me fui acercando, busqué su mano y la tomé, exitosamente lo logré; me fui acercando hasta que logré rozar su retaguardia con mis piernas y decidí hasta ahí llegar por el momento, conociéndolo sabía que intentar algo más jugado iba jugarme en contra. Conforme estuve aunque sabía que el despertador iba a volver a sonar en cualquier momento, asique disfruté al máximo esos minutos de “fiaca” en la cama… Hasta que sonó, me dí vuelta para apagarlo pero no volví a mi posición original, sólo dejé mi brazo apoyado en su pecho. Volví a descansar hasta que siento su mano tanteando la mía, luego me dijo que no reconoció lo que era y le pareció raro, pero no la quitó. Estuvimos un rato en la cama y se levantó, nunca imaginé que no se volvería a acostar, tal vez porque soy una gran amante de la cama y del dormir jaja, al ver que no regresaba, seguí durmiendo un rato más.


Me levanté y me tuve que ir rápido para tomar el colectivo que nunca alcancé, pero antes de irme voy al baño a saludarlo y cuando le reclamo un “pico” me lo niega, a lo que le recuerdo “una vez me dijiste que si venía y te daba un beso de amistad, me lo ibas a dar; y no me lo estás dando”… pero me responde (no recuerdo exactamente con qué palabras) que eso fue antes, ahora no, que ahora pensaba diferente (o cosas así). El tema es que sus palabras fueron otra vez tan fulminantes para mí, que solo pude rescatar la idea, le respondí “que personaje que sos” y le toqué la cabeza mientras me iba, no me salió otra cosa, me estaba desarmando por dentro…


Subí al ascensor y bajé, no sé como, entera, porque al salir a la calle sentí que mi vida había cambiado, un tsunami de pensamientos, emociones, sentimientos, me llevó con él, sólo me daban ganas de llorar y fundirme con el agua imaginaria… No puedo reclamar nada, eso es lo peor… Me pasa por sentir tanto Sad smile

20363_315937505832_237047215832_5220435_5415706_n

Generalmente no me tiro a la pileta hasta asegurarme que esté llena, pero si bien esta vez había agua, no había tenido en cuenta el hecho de que a veces las aguas se vuelven turbias y hay que saber nadar. Nadar, encima! es algo que no me gusta… Y en aguas desconocidas, aún menos…